Masajes en Santiago de Compostela
Masajes de recuperación, bienestar y relax
En nuestro centro de masajes en Santiago de Compostela (junto a la catedral), prevenimos y aliviamos las contracturas y sobrecargas musculares, el dolor de espalda, las piernas cansadas, la retención de líquidos y los pies hinchados o doloridos después del Camino de Santiago.
Ofrecemos varios tipos de masaje en Santiago de Compostela: masaje de espalda, masaje de piernas, masaje de cuello, masaje de pies, reflexología podal, shiatsu, masaje peregrino…
Nuestros masajes en Santiago de Compostela
Masaje descontracturante
Relaja tus músculos y alivia tensiones y dolores
Masaje indicado para abordar las contracturas provocadas por el estrés, las malas posturas o la actividad física.
Más info sobre nuestro masaje descontracturante en Santiago de Compostela
Masaje relajante
Relaja tu mente y olvida el estrés
Masaje indicado para reducir tensiones musculares, mejorar la circulación sanguínea y linfática y aliviar el estrés y la ansiedad del día a día.
Más info sobre nuestro masaje relajante en Santiago de Compostela
Masaje reductor
Elimina toxinas, estiliza tu figura y gana en salud
Masaje indicado para reducir la acumulación de grasa en zonas específicas del cuerpo, como glúteos, abdomen, caderas, cintura o piernas.
Más info sobre nuestro masaje reductor en Santiago de Compostela
Masaje Shiatsu
Alivia el dolor y la tensión. Equilibra la postura
Masaje terapéutico que se realiza mediante acupresión (presión con los dedos y la palma de la mano) e indicado para mejorar la salud y la vitalidad de la persona que lo recibe.
Reservas
HORARIO: Lunes a domingo, de 9:00 a 21:00 hs (de noviembre a marzo cerramos algunos domingos)
* Nuestras tarifas son por tiempo, no por tipo de masaje. Cada cliente, elige el tipo de masaje que desea dentro del tiempo contratado.
Masaje Peregrino en Santiago de Compostela
60 min.
Uno de los masajes en Santiago de Compostela más solicitados por nuestros clientes. Nuestro Masaje Peregrino está orientado a los peregrinos que llegan a Santiago después de largas jornadas caminando, este masaje favorece la recuperación muscular, alivia el dolor y previene lesiones. Incluye regalo de crema recuperadora y calmante que reconforta la musculatura gracias a las propiedades calmantes que aportan sus activos naturales: árnica y harpagofito.
Puedes ampliar información sobre nuestro Masaje Peregrino en este enlace o reservarlo en el botón inferior
55€
Masaje 30 minutos
Puede ser de tipo relajante o descontracturante. Por su duración es ideal para trabajar una o dos zonas musculares sobrecargadas y doloridas como piernas-espalda o pies-piernas, por ejemplo.
30€
Masaje 60 minutos
De tipo descontracturante o recuperador, puede ser de cuerpo entero o de zonas concretas, según demanda del cliente. Se concentra en las zonas más profundas del músculo y el tejido conectivo.
50€
Masaje 90 minutos
El más completo de todos nuestros masajes en Santiago. Dada su duración, permite aplicar varias técnicas y trabajar los principales grupos musculares actuando en las zonas tensionadas o contracturadas con tratamientos específicos para cada problema.
80€
Bono regalo masajes
Si quieres sorprender a tu pareja (por ejemplo, con un plan romántico en Santiago), a un amig@ o a un familiar con un masaje inolvidable, nuestro equipo de masajistas en Santiago de Compostela puede ayudarte a hacerlo de un modo muy original. Desde aquí puedes comprar, de una forma sencilla y rápida, una tarjeta regalo de masajes.
Tú regalas, ellos eligen, tú aciertas.
Opiniones
Quintana Massages Santiago
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Preguntas frecuentes
Consejos antes del masaje
Antes de recibir cualquiera de nuestros masajes en Santiago de Compostela, intenta evitar ingerir comidas copiosas. Si va a comer algo, mejor al menos una hora antes, pues no es recomendable acudir con el estómago demasiado lleno, cuando se está haciendo la digestión.
Acude cinco minutos antes de la hora fijada, para tener tiempo de relajarte y hacerte a la idea de que vas a disfrutar de un tiempo exclusivamente dedicado a ti mismo.
Trae ropa cómoda y, antes de los tratamientos, guarda pendientes, cadenas, pulseras y reloj. Y, por favor, quítale el sonido al móvil.
Es recomendable ir al baño antes de iniciar la sesión.
Consejos durante el masaje
Durante los tratamientos o masajes no temas estar en ropa interior. Durante el masaje, podrás cubrirse con una toalla, y sólo se irán destapando las zonas a tratar, por lo que nunca te sentirás totalmente desnudo.
Durante la sesión, es imprescindible que te sientas cómodo. Por ello, no dudes en avisar al terapeuta si no te sientes a gusto por cualquier motivo -por la temperatura de la sala, porque el masajista habla demasiado, por el ruido, etcétera-.
Aunque suele suceder en los masajes terapéuticos, también en los masajes de relax en ocasiones, al manipular determinadas zonas puedes sentir algo de dolor. Es conveniente que lo comuniques al terapeuta si es excesivo.
Al finalizar el masaje, seguramente te lo indicará el masajista, pero por si no lo hace, no olvides que no conviene incorporarse de forma brusca, pues puedes marearte.
Lo ideal es estar tres o cuatro minutos relajado, e incorporarse después de forma progresiva.
Consejos después del masaje
Después del masaje, puedes sentir algún dolor, cansancio o somnolencia. Habitualmente, es normal puesto que se trata de una respuesta del organismo a las técnicas de masaje. Si notas que persiste, es conveniente que lo comuniques al terapeuta.
Una cuestión fundamental después de un masaje es beber mucha agua. Los músculos se deshidratan después de un masaje, por lo que es necesario reponer toda esa agua perdida bebiendo más.
Además, hay que eliminar el desecho metabólico producido por los músculos a través de la orina.
Después del masaje no tomes café ni otras bebidas excitantes. Esto puede tensar los músculos relajados e incluso producir una sensación extraña.
Si tienes hambre después del masaje, come, pero no demasiado.
En cualquier caso, primero bebe agua en abundancia.
¿Cuándo no es recomendable darse un masaje?
Las personas con una historia de trombosis o flebitis (varices) no deben recibir el masaje debido a que coágulos de sangre pueden provocar complicaciones.
Las heridas severas o áreas de intervención quirúrgica no se deben manipular directamente hasta que se haya consultado con el médico.
Si tienes una enfermedad contagiosa aguda, sarpullidos de piel o infecciones, fiebre, hipertensión o un infarto reciente, el masaje está contraindicado.
Las personas con cáncer que experimentan radiación y/o la quimioterapia no deben recibir el masaje sin consultar primero con su médico.
Es muy importante que informes al terapeuta de cualquier problema de salud o medicinas que estés tomando. Si estás bajo un tratamiento médico, se exige una recomendación o aprobación escrita por el médico antes de recibir cada sesión de masaje.
Consejos para peregrinos
Si vas a hacer el Camino de Santiago, hay varias cosas que debes tener en cuenta.
No estrenes calzado. Estrenar unas zapatillas para el Camino no es buena opción. Cuanto más usadas, mejor, así evitarás heridas o rozaduras.
Lo mejor son unas zapatillas de deporte, con una suela gruesa, ligeras y cómodas. Usar botas de trekking, en contra de lo que se recomienda en muchas guías del Camino, no es aconsejable, excepto en invierno, dado que recalientan demasiado los pies y reblandecen la piel.
Lleva ropa ligera y transpirable. El secreto para ir lo más cómodo posible es llevar ropa que te permita moverte con total libertad. Estarás caminando durante varias horas al día, por eso es importante evitar la acumulación de sudor y el recalentamiento del cuerpo.
Usar bastones de trekking te puede ayudar a hacer más llevadera la jornada, pero ¡ojo!, mejor llevar dos que uno para evitar desequilibrios en espalda, cadera y piernas. Camina sin prisas.
El Camino de Santiago es para disfrutarlo, no para batir récords. Estamos cansados de ver peregrinos que llegan con los pies destrozados por haber hecho el Camino estilo maratón. Descansa entre 5 y 10 minutos cada hora y media.
Aprovecha para descalzarte para ventilar y enfriar los pies. Y si los metes en agua fría, secándolos bien a continuación, mejor aún.
El cuidado de los pies es fundamental. No es recomendable ducharse por la mañana (es mejor después del esfuerzo diario), pero si se hace, nunca con agua demasiado caliente, ya que predispone la piel para rozaduras o ampollas.
En verano no te olvides de llevar una buena protección solar para evitar quemaduras, sobre todo en el rostro.
Y no te olvides llevar gorra.
Tratamiento de las ampollas
Tan pronto como sientas que se está desarrollando una ampolla, detente de inmediato y donde sientas dolor (un «punto caliente»), puedes frotarte un poco de vaselina, y luego tapa ese lugar. Esto detendrá la fricción adicional.
Cuando las ampollas se han desarrollado completamente:
Lávate las manos antes de tocar la ampolla o herida.
Limpia bien la rozadura o ampolla, y sus alrededores, con un pañuelo o gasa antiséptico, secándola posteriormente con gasas nuevas.
Con una aguja de coser (asegúrate de que esté desinfectada) perfora la ampolla y drénala apretando suavemente los bordes.
Limpia el área nuevamente una vez que se haya drenado, y cúbrela con Compeed u otro tipo de apósito similar.
Deja el apósito en la zona herida hasta que se caiga por sí solo (IMPORTANTE: no quites un Compeed hasta que se caiga solo, generalmente al cabo de unos días).
Si no tienes Compeed, puedes cubrir la ampolla con un poco de crema antiséptica y un tejido no adhesivo, y pegar con cinta adhesiva toda el área.
Si la ampolla no está perforada, mide menos de un centímetro y la piel que la cubre es gruesa, la recomendación es no explotarla.
Tengo dolor muscular, qué aplico: ¿calor o frío?
El frío y el calor aplicados en una zona con dolor calman las molestias. Pero muchas veces no sabemos cuándo es adecuado aplicar una u otra. La diferencia radica en si te has lesionado hace menos de 72 horas, o se trata de un dolor que padeces desde hace días.
Si el dolor es reciente, aplica frío.
El frío reduce el diámetro de los vasos sanguíneos y disminuye la inflamación, el dolor y los calambres. Está aconsejado para lesiones agudas, tras hacer ejercicio, después de una contusión, un golpe o un esguince. Debes aplicarlo entre 5 y 15 minutos, de dos a cuatro veces al día, mediante hielo picado en una bolsa (nunca directamente sobre la piel), gel frío o una toalla empapada en agua muy fría.
Si te duele hace días, aplica calor. El calor aumenta el diámetro de los vasos sanguíneos, favorece la circulación, disminuye la rigidez y tiene un efecto relajante. Está aconsejado en caso de lesiones crónicas sin inflamación (¡ojo!), después de las primeras 72 horas. Es extremadamente beneficioso en casos de contracturas, malas posturas o incluso antes del ejercicio para ayudar a calentar la musculatura. Debes aplicarlo entre 15 y 25 minutos, de una a tres veces al día, mediante una bolsa de agua caliente, una manta eléctrica o un saco de semillas.
¿Con qué frecuencia debo recibir un masaje?
La duración de los efectos de un masaje varía mucho de persona a persona dependiendo de su condición física y mental, las actividades, la capacidad de relajarse, y la capacidad de sanar.
Si acudes a darte un masaje para ayudar a sanar heridas o para aliviar un dolor crónico, por lo general necesitarás recibir sesiones semanales hasta llegar a ese objetivo.
Si estás recibiendo el masaje para la prevención, el mantenimiento de su salud, o simplemente para sentirte mejor, tienes más margen de maniobra en la frecuencia de las sesiones.
Los efectos del masaje regular son acumulativos. Un masaje cada semana o dos puede hacer una gran diferencia en su salud y niveles de tensión. Incluso un masaje mensual es beneficioso.
Haz del masaje una práctica regular dentro de tu programa de mantenimiento de la salud, junto con una buena nutrición y ejercicio, y te sentirás mejor.