Cuando publicamos el artículo con las lesiones más frecuentes del Camino de Santiago, le dedicamos un apartado bastante amplio a una de las más habituales: la condromalacia rotuliana. En este artículo, como fisioterapeuta, viajero y miembro del equipo de masajistas en Santiago de Compostela de Quintana Massages, voy a extenderme en explicar qué es exactamente la condromalacia, qué síntomas da y cómo se “cura” (ya veremos que ese término no es del todo correcto).
Qué es la condromalacia rotuliana: síntomas y cómo se cura
La condromalacia rotuliana es, posiblemente, la lesión de rodilla más frecuente en la mayoría de seres humanos. Digo esto porque todos, absolutamente todos, tenemos algún grado de condromalacia en nuestras rodillas. Para poder entender esta lesión, hay que empezar por definir qué es exactamente la condromalacia rotuliana: se trata del desgaste de las superficies articulares entre la rótula y el fémur y sucede de forma fisiológica en el cuerpo por el mero paso de los años. También influyen otros factores como alteraciones anatómicas congénitas, lesiones musculares paralelas…
La condromalacia depende mucho de los músculos del muslo: cuádriceps (la rótula está dentro de su tendón, el tendón rotuliano) e isquiotibiales. Esto es así porque un mal trabajo entre ambos provoca un aumento de presión de la rótula sobre el fémur, causando el desgaste acelerado de la articulación. A esto se le llama hiperpresión rotuliana y es lo que realmente nos provoca síntomas.
Síntomas de condromalacia rotuliana
Los síntomas más frecuentes de la condromalacia rotuliana son los siguientes:
- Sensación de presión bajo la rótula (sobre todo cuando se suben y bajan escalones o cuestas).
- Crujidos bajo la rótula (al ponerse de cuclillas es cuando más se nota).
- En estados más graves, aparición de dolor que se nota en la rótula (en la zona articular entre rótula y fémur).
- Incapacidad funcional (debilidad) a la hora de bajar escalones o cuestas (y también subir, pero sobre todo al bajar).
Pese a estos síntomas que acabo de citar, es importante aclarar que una condromalacia (incluso en grado avanzado) puede ser perfectamente asintomática. El matiz está en el nivel de estrés al que se le someta a la rodilla. De esta forma, podemos decir que, lo que agrava una condromalacia (es decir, el desgaste del cartílago) y hace aparecer sus síntomas son los siguientes factores:
- La descompensación muscular entre cuádriceps e isquiotibiales.
- La contractura muscular de cuádriceps
- La subida y, SOBRE TODO, la bajada de escalones y cuestas.
- Las posturas prolongadas con la rodilla flexionada (en cuclillas, sentado…)
Los dos primeros puntos son muy dependientes del entrenamiento y del cuidado que hagamos de nuestras piernas; los segundos dependen de las actividades que realicemos (sobre todo el último, que es el más peligroso, porque las posturas sentadas de escritorio, frente al ordenador, son determinantes para que se produzca ese desequilibrio muscular).
Lucha entre músculos antagonistas
De todos ellos, voy a centrarme en explicar el primero, porque va a permitir entender el resto: en nuestra pierna hay dos grupos musculares que actúan sobre la rodilla: el cuádriceps, por delante, y los isquiotibiales, por detrás. El cuádriceps estira la rodilla, mientras que los isquiotibiales la flexionan (la doblan, vamos). Como mencioné antes, la rótula está contenida dentro del tendón del cuádriceps (tendón rotuliano) por lo que, si este aumenta su tensión, comprime la rótula contra el fémur. Esta situación también se produce cuando estamos con la rodilla flexionada (por ejemplo sentados).
Uno de los factores que hace que aumente la tensión de cuádriceps es el acortamiento de los músculos que hacen la función contraria, los isquiotibiales (con acortamiento me refiero a que las fibras pierden elasticidad y se retraen, algo que sucede cuando estamos sentados de forma muy prolongada). Esto provoca que comience una especie de “lucha” entre cuádriceps e isquiotibiales donde la más perjudicada es la rótula, que es presionada contra el fémur.
Cómo se cura la condromalacia rotuliana
La condromalacia, como tal, no se cura. Al tratarse de un proceso de desgaste y degeneración del cartílago entre rótula y fémur, no sucede como en una inflamación o una contractura, donde el elemento alterado se elimina realizando un tratamiento concreto.
En la condromalacia, la zona desgastada va a seguir desgastada (hay técnicas quirúrgicas que se realizan para solventar ese desgaste, pero el cartílago como tal no se regenera). Sin embargo, como dije al principio, es posible convivir con una condromalacia sin que esta dé síntomas. Para ello hay que tener en cuenta lo que dije en el punto anterior.
Las opciones que tenemos para tratar la condromalacia rotuliana serían las siguientes:
- Liberar la tensión muscular estirando isquiotibiales y cuádriceps y realizando un tratamiento manual por parte de un profesional (por ejemplo, en nuestro centro 😉 )
- Cortar con las posturas sentadas prolongadas (por ejemplo, levantarse de la silla cada X tiempo y estirar isquiotibiales).
- Hacer ejercicios manuales de movimiento de la rótula y ejercicios de potenciación de cuádriceps, sobre todo del vasto interno (uno de los vientres musculares de este músculo).
En este reel de nuestro canal de Instagram podéis ver algunas de estas técnicas:
En caso de que tengamos síntomas y tengamos en mente realizar una actividad física, por ejemplo el Camino de Santiago:
- Usar bastones de senderismo para ayudar a la rodilla en las bajadas.
- Entrenar de forma específica los diferentes grupos
- Disminuir el peso de la mochila (repartiendo con otra persona o, directamente, contratando un servicio de porteo de mochilas). Para ello, este artículo sobre qué llevar en la mochila al Camino de Santiago puede ser útil.
Masajes en Santiago de Compostela
Desde Quintana Massages esperamos que estos consejos sobre la condromalacia rotuliana y sus síntomas hayan sido útiles. Tan solo nos queda recordaros que, si llegáis a Santiago de Compostela (o vivís en él) y sentís algún síntoma de sobrecarga, no dudéis en acudir a nuestra sede, en la Plaza de la Quintana. Podéis acceder a nuestra hoja de reservas y servicios en este enlace.
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