En este artículo voy a hablar, como fisioterapeuta (y miembro del equipo de masajistas en Santiago de Compostela de Quintana Massages), de las lesiones del Camino de Santiago más frecuentes que pueden ocurrir mientras caminamos. Se trata de un breve y sencillo repaso para que los peregrinos puedan saber cómo detectarlas y actuar ante sus síntomas.
Nota: este artículo complementa a estos otros sobre caminos específicos:
- Consejos para preparar el Camino de Santiago francés desde Sarria en 4, 5, 6 y 8 etapas.
- Consejos para preparar el Camino de Santiago portugués desde Tui en 4, 5, 6 y 7 etapas y desde A Guarda en su variante por la costa.
- Cómo preparar el Camino de Santiago Primitivo desde Lugo en 4, 5 y 6 etapas
- Consejos para preparar el Camino de Fisterra-Muxía en 4, 5 y 6 etapas
- Cómo preparar el Camino de Santiago del norte desde Ribadeo.
- Consejos para preparar el Camino Inglés
- Consejos para preparar el Camino de Santiago de Invierno
Si es la primera vez que te planteas hacer el Camino, en este otro artículo de dudas explicamos cuántos Caminos de Santiago hay, cuál es el Camino de Santiago más bonito, cuándo es la mejor época...
Lesiones del camino de Santiago más frecuentes
El camino de Santiago es una de las rutas más bonitas del mundo. Sin embargo, no todo es de color de rosa. La actividad física continua, la falta de reposo, el peso y los desniveles pueden causar daños en nuestro cuerpo. Por fortuna, toda lesión nos avisa con antelación a través de sus síntomas. Un factor importantísimo para evitar lesiones es planear bien el número de días, como ya cuento en este artículo sobre cómo preparar el Camino de Santiago francés desde Sarria a Santiago o en este otro sobre el Camino portugués desde Tui. El objetivo de este artículo es conocer cuáles son los síntomas de las lesiones más frecuentes del Camino de Santiago (puedes combinarlo con este otro con consejos para preparar el Camino de Santiago).
Como índice previo, las voy a agrupar de la siguiente forma:
- Lesiones en rodilla durante el Camino de Santiago
- Lesiones de pie y tobillo
- Lesiones de espalda y cuello
Lesiones de rodilla en el Camino de Santiago
Las lesiones más frecuentes del Camino de Santiago ocurren en miembros inferiores, concretamente en rodilla y pie.
La rodilla es una articulación bastante frágil debido a su diseño biomecánico. No es objetivo de este artículo pararme en detalles técnicos, por lo que iré directamente al grano. Las lesiones de rodilla más frecuentes del Camino de Santiago son:
- Tendinitis
- Contractura muscular (que puede derivar en tendinitis y a síntomas de condromalacia)
- Condromalacia
- Lesiones de menisco y ligamentos
¿Estas haciendo el Camino de Santiago? Atento a nuestro Masaje Peregrino, que te espera al final del camino, en Santiago de Compostela. Aquí tienes toda la información
Tendinitis de rodilla en el Camino de Santiago
Ya conté de forma detallada en este artículo cómo curar la tendinitis de rodilla, Aquiles… por lo que solo voy a dar un repaso rápido a las tendinitis más frecuentes y sus síntomas.
Tendinitis rotuliana: esta sucede en el tendón rotuliano. Sus síntomas son:
- Inflamación (aumento de grosor) del tendón rotuliano
- Antes de que comience a doler el tendón, se nota en la zona de delante de la rodilla (en el tendón rotuliano, bajo la rótula) una sensación como de presión. Se identifica porque en esa zona comenzamos a “notar algo” mientras caminamos o incluso en reposo (habitualmente no se nota nada). Si se palpa con la mano se puede percibir el abultamiento del tendón o incluso dolor.
- Cuando la tendinitis aumenta de gravedad, aparece dolor delante de la rodilla de forma punzante o quemante, el cual se nota, sobre todo, al subir o bajar escaleras, caminar o incluso en reposo.
Tendinitis de la pata de ganso: esta sucede en los tendones de la pata de ganso (pertenecientes a los isquiotibiales). Sus síntomas son:
- Sensación de presión o molestia en la zona interna de la rodilla a la hora de caminar y subir escalones. Esta evoluciona a dolor punzante o quemante.
- Dolor a la presión en esa misma zona (la inflamación es complicada de percibir).
Ambas tendinitis suceden por un sobreuso y sobrecarga de estos tendones y los músculos a los que pertenecen (cuádriceps en el caso del tendón rotuliano, isquiotibiales en el caso de la pata de ganso). Es decir, por sobrecarga muscular o contractura.
Se puede llegar a evitar la tendinitis en rodilla durante el Camino antes de que esta comience a despuntar si somos capaces de anticiparnos. Esto es: percibir los síntomas de comienzo de una contractura muscular, la cual vamos a ver a continuación.
Contractura muscular en el Camino de Santiago
Una contractura muscular es un aumento de tensión en las fibras musculares de un músculo (es decir, las encargadas del movimiento).
Una contractura sucede por sobrecarga del músculo en cuestión. En el caso de la que sucede en la musculatura de las piernas (hablaré sobre todo de cuádriceps e isquiotibiales, aunque también están aductores, tensor de fascia lata, gemelos…) durante el Camino, se debe a la suma de varios factores:
- El estrés repetido (etapas largas, sobre todo)
- El desnivel del terreno
- La falta de descansos y de ejercicios de estiramiento
Las contracturas musculares, en sí mismas, no son especialmente graves. El problema llega cuando provocan otras lesiones peores, como el caso de la tendinitis (en este artículo explico esto de forma más extensa) o la condromalacia. Para evitar esto, basta con anticiparse y detectar los síntomas de una contractura, que son:
- Sensación de debilidad y cansancio en el músculo mientras se realiza la actividad.
- Sensación anormal en algún punto del músculo durante la actividad (se suele percibir como “presión”, una sensación que no se siente en el músculo de forma habitual).
- Falta de elasticidad. Si se lleva el músculo a posición de estiramiento, este se percibe antes o, incluso, con algo de dolor.
- Si se palpa con la mano el músculo, se pueden percibir puntos más “densos” e incluso dolorosos a la palpación
- En última instancia, dolor en el músculo (de mayor o menor extensión, desde puntual hasta masivo) a la hora de contraerlo al caminar, subir escaleras o, incluso, en reposo.
Condromalacia rotuliana
La condromalacia rotuliana es, posiblemente, la lesión del Camino de Santiago más frecuente pero menos conocida. Digo esto porque todos, absolutamente todos tenemos algún grado de condromalacia en nuestras rodillas.
La condromalacia es el desgaste de las superficies articulares entre la rótula y el fémur y sucede de forma fisiológica en el cuerpo por el mero paso de los años. También influyen otros factores como alteraciones anatómicas congénitas o, lo que nos atañe, lesiones musculares paralelas.
La condromalacia depende mucho de los músculos del muslo cuádriceps (la rótula está dentro de su tendón, el tendón rotuliano) y los isquiotibiales. Esto es así porque un mal trabajo entre ambos provoca un aumento de presión de la rótula sobre el fémur, causando el desgaste acelerado de la articulación. A esto se le llama hiperpresión rotuliana y es lo que, realmente, nos provoca síntomas mientras hacemos el Camino de Santiago.
Una condromalacia puede ser perfectamente asintomática, el matiz está en el nivel de estrés al que se le someta a la rodilla. Lo que agrava una condromalacia y hace aparecer sus síntomas son, sobre todo, dos factores:
- La descompensación muscular entre cuádriceps e isquiotibiales.
- La contractura muscular de cuádriceps
- La subida y SOBRE TODO, la bajada de escalones y cuestas.
- Las posturas prolongadas con la rodilla flexionada (en cuclillas, sentado…)
Los síntomas de la condromalacia en la rótula son:
- Sensación de presión en o bajo la rótula (sobre todo cuando se sube y baja escalones o cuestas).
- Crujidos bajo la rótula (al ponerse de cuclillas es cuando más se nota).
- En estados más graves, aparición de dolor que se nota en o bajo la rótula
- Incapacidad funcional a la hora de bajar escalones o cuestas (y también subir, pero sobre todo al bajar).
Cuando estamos en el Camino y aparecen los síntomas de condromalacia, las opciones que tenemos para abordarlos son:
- Primer paso, fundamental para que el estrés de la articulación disminuya.
- Estirar isquiotibiales y cuádriceps (sobre todo). Después tocaré esto.
- En caso de que el cuádriceps (o isquiotibiales) estén contracturados, liberar esta contractura de forma manual con un profesional.
- Usar un bastón de apoyo (o dos) para ayudar a la rodilla en las bajadas.
- Disminuir el peso de la mochila (repartiendo con otra persona o, directamente, contratando un servicio de porteo de mochilas). Para ello, este artículo sobre qué llevar en la mochila al Camino de Santiago puede ayudarte.
En este reel de nuestro canal de Instagram podéis ver algunas de estas técnicas:
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Lesiones de menisco y ligamentos (laterales y cruzados)
Sobre las lesiones de menisco y ligamentos no voy a detenerme mucho, sobre todo estas segundas, que están más ligadas a caídas, movimientos bruscos, torceduras… Por esta razón, siempre hay que acudir a un profesional sanitario, que será el que haga el diagnóstico.
Sobre los meniscos sí que es interesante puntualizar que, si bien hacer el Camino de Santiago no lesiona de una forma especial esta estructura, sí que puede empezar a dar síntomas a aquellos que lleguen al camino con una lesión anterior (que puede estar oculta y no dar síntomas hasta ese momento).
En este caso, los síntomas de lesión de menisco son:
- Dolor profundo dentro de la rodilla, el cual se percibe en la zona de delante de la rodilla, bien a un lado, bien a otro del tendón rotuliano. Este se percibe, sobre todo, al apoyar la pierna en el suelo o al ponerse de cuclillas.
- Crujido dentro de la rodilla al doblar y estirar la pierna.
- En algunos casos, se puede producir un encasquillamiento de la rodilla, a la que le cuesta desbloquearse (puede ser con la rodilla estirada o flexionada, dependiendo de la zona de menisco que esté lesionada).
- Hinchazón (o edema) de la rodilla por acúmulo de líquido.
Si estamos en el camino y aparece alguno de estos síntomas, aparte de la aplicación de hielo y reposo con la pierna elevada, habrá que acudir a un profesional sanitario para que realice un diagnóstico.
Lesiones de pie y tobillo
Al igual que la rodilla, las lesiones de pie y tobillo son de las más frecuentes durante el Camino de Santiago. Entre ellas, las que más destacan son:
- Esguince de tobillo
- Fascitis plantar
- Metatarsalgia
- (Ampollas)
Esguince de tobillo
Un esguince de tobillo es la lesión de alguno de los ligamentos (y la cápsula articular en algunos casos) de la articulación del tobillo. Suceden a causa de torceduras, sobre todo, en dos casos:
- Terrenos irregulares y calzado inadecuado (zapatillas de caña baja)
- Situaciones de cansancio (al final de las etapas, por ejemplo) en las que la musculatura ya no está tan atenta y se dan pasos menos precisos. Aparte, por supuesto, están las torceduras fortuitas producidas por un mero despiste.
Los síntomas de un esguince son, sobre todo, dolor, hinchazón e impotencia funcional tras una torcedura de la articulación.
Si la torcedura provoca todos o alguno de esos síntomas, SIEMPRE (recalco en mayúsculas) deberán ser atendidos por un profesional.
En este artículo hablamos largo y tendido del tratamiento de esguince de tobillo.
Fascitis plantar
La fascitis plantar es una de las lesiones más pesadas que pueden ocurrir durante el Camino de Santiago. Consiste en una sobrecarga y aumento de sensibilidad (dolorosa) de las estructuras blandas que se encuentran en el hueco de la planta del pie.
Esta zona (formada por músculos, tendones y fascia) se encarga de la amortiguación del pie durante cada paso. La fascitis plantar se produce cuando esas estructuras se sobrecargan en exceso y las causas principales de su aparición durante el Camino son:
- Alteraciones anatómicas de base (pies planos, pies cavos) que no estén corregidas por un podólogo (plantilla especial).
- Uso de un calzado muy plano y blando (por ejemplo, chanclas bajas de playa) que no amortigüe el impacto del pie sobre el suelo (sobre todo en las zonas de asfalto del Camino).
- Uso de una bota con una horma inadecuada (sobre todo más estrecha que el ancho de nuestro pie), muy desgastada (suela que no amortigua bien) o con suela muy dura (en general esto no suele suceder, pero hay casos de calzado muy mal diseñado cuya superficie de apoyo es tremendamente dura).
Los síntomas para detectar la fascitis son:
- Sensación de molestia en el arco plantar durante la fase de apoyo del pie que va evolucionando a dolor.
- Molestia en la zona del talón que va evolucionando a dolor punzante.
- Sobrecarga de los gemelos-triceps sural (se nota como sensación de rigidez-dolor en el músculo). Esto no está directamente relacionado, pero puede ser un síntoma anticipatorio de una futura fascitis.
Cuando estamos en el Camino y aparecen síntomas de una fascitis, podremos hacer lo siguiente:
- Reposo (si se termina la etapa, no salir a pasear por el pueblo o los alrededores).
- Estiramiento de la musculatura de gemelos y zona plantar (y repetirlos cada día varias veces durante la propia caminata).
- Poner hielo en la planta del pie o hacerse un automasaje con una botella llena de agua congelada.
- Reducir el peso de carga durante las etapas (solicitar que porteen la mochila).
- Si al realizar estas maniobras los síntomas aún persisten, habrá que acudir a un profesional para tratarlo.
Para ampliar información, hablo más sobre las causas de la fascitis plantar, sus síntomas y el tratamiento del dolor en la planta del pie en este artículo.
Metatarsalgia
La metatarsalgia es parecida a la fascitis plantar, solo que sucede en la zona delantera de la planta del pie, cerca de los dedos (en la zona de la cabeza de los huesos metatarsianos).
Consiste en un dolor de tipo punzante en uno o varios metatarsianos y se produce a causa de los múltiples impactos del pie al caminar. Sus causas de aparición son muy similares a las de la fascitis (calzado incorrecto, sobre todo).
Si esta lesión aparece durante el Camino de Santiago, la forma de obrar sería muy similar a la de la fascitis. Si permanece, habrá que acudir a un profesional para que lo mire.
NOTA: en este reel de nuestro canal de Instagram mostramos una forma de automasaje de pies para hacer al final de cada etapa:
Ampollas
Incluyo aquí las ampollas porque son las lesiones más habituales del Camino de Santiago, aunque no entran en la misma categoría que el resto de las que estoy mencionando en este artículo.
El principal problema es que las ampollas pueden provocar todas las lesiones antes mencionadas si no se las cuida como es debido.
Hablo de forma extensa sobre ellas en este artículo sobre cómo curar ampollas en el Camino de Santiago.
Lesiones de espalda y cuello
Las lesiones de espalda y cuello, aunque no son ni las más frecuentes ni las más limitantes mientras se realiza el Camino, sí que hay que tenerlas en cuenta, porque pueden resultar muy molestas.
De las muchas lesiones que se producen en espalda y cuello, me voy a referir exclusivamente a las contracturas musculares, que son las más frecuentes para el peregrino.
Hay muchas causas por las cuales aparecen dolor en el cuello. Durante el Camino, concretamente, esto sucede sobre todo, por dos motivos:
- La actividad prolongada de caminar durante muchas horas y
- La carga de la mochila… aunque esta no debería ser la más importante si se elige correctamente el tipo de mochila.
Los síntomas son similares a los mencionados anteriormente para contracturas de piernas y se notan, fundamentalmente, en la zona de trapecios, musculatura interescapular (entre los omóplatos) y la nuca.
La forma de abordar las contracturas en espalda durante el camino es:
- Llevar una mochila de calidad, con buena ergonomía. Una buena mochila debe cargar el peso sobre la zona pélvica a través de un cinturón pélvico. De esta forma, las hombreras apenas dejan caer su peso sobre los hombros, evitando así la contractura de trapecio.
- No cargar con un peso excesivo: cuanto más peso lleve la mochila, más caerán las hombreras sobre los hombros (y, por tanto, el peso será transportado por la espalda).
- Si aparecen contracturas, la forma de tratarlas será mediante estiramientos, aplicación de calor y, en caso de que provoque dolor e incapacidad de movimiento, tratamiento manual.
Para saber cómo tratar las contracturas y los dolores de cuello, mira este enlace.
Cómo tratar las lesiones del Camino de Santiago
En cada punto de los anteriores ya he ido mencionando diferentes formas de tratar las lesiones más frecuentes del Camino de Santiago. No obstante, toda la información ampliada y pormenorizada se puede encontrar en varios artículos de este blog como este centrado en cómo preparar el Camino de Santiago, este centrado en cómo entrenar para el Camino de Santiago, y sobre todo, este manual que hemos creado desde Quintana Massages con ejercicios, consejos y estiramientos para mantenerse en forma. (Por cierto, para quienes quieran ampliar información sobre las lesiones en el Camino de Santiago de una forma más científica, pueden echar un ojo a este enlace).
Tratamientos musculares en Santiago
Esperamos que esta guía de tratamiento del esguince de tobillo haya sido útil. Tan solo nos queda recordaros que, si llegáis a Santiago (o vivís en él) y sentís algún síntoma de sobrecarga, no dudéis en acudir a nuestra sede, en la Plaza de la Quintana. Podéis acceder a nuestra hoja de reservas y servicios en este enlace.
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