Cuando, hace tiempo, escribí en esta web sobre cómo curar rápido las ampollas en el Camino de Santiago ya dije que lo primero y más importante de cara a la aparición de ampollas es prevenir su aparición. Este es uno de los métodos más importantes para preparar los pies para la peregrinación. Hoy vamos a incidir en este punto y vamos a profundizar en el cuidado de los pies para el Camino de Santiago.
Cuidado de los pies para el camino de Santiago
Comencemos con una perogrullada: los pies son la herramienta fundamental de un peregrino (y, en general, de cualquier caminante). Ellos son los que sufren los sudores, baches, achicharramientos y chapuzones (en charcos) durante cada segundo del trayecto. Es por ello que el cuidado de los pies durante el Camino de Santiago es una de las misiones principales de todo caminante.
En este artículo, como fisioterapeuta y miembro de Quintana Massages, quiero hablar sobre cómo preparar los pies para el Camino, desde antes de salir hasta el último paso dentro de la Catedral de Santiago (e incluso, más allá, después del Camino de Santiago (porque, ojo, nuestra vida continúa, y lo que nos llevemos averiado de la caminata, nos acompañará hasta nuestro lugar de origen).
Cómo preparar los pies para el Camino de Santiago antes de la peregrinación
En el extenso artículo que escribí con consejos para preparar el Camino de Santiago, dije que lo más importante es llegar preparado a la peregrinación. En lo que respecta a músculos y tendones, expliqué que hay que entrenarlos y fortaleceros. Bien, pues eso es lo que debemos hacer con nuestros pies.
El pie es un conjunto de huesos, articulaciones, músculos, tendones, tejido conjuntivo, fascia y piel que trabajan al unísono para conseguir un objetivo: mantenernos de pie y movernos sobre la superficie terrestre. Cada vez que caminamos, los pies se estresan, sufren. Y cuando digo pies, me refiero a todas las estructuras (no solo la piel y sus ampollas).
Antes de hacer el Camino es importantísimo entrenar esta extremidad para que no sufra en exceso con el tremendo estrés al que será sometida. Vamos a ir parte por parte.
Cómo preparar los pies para el Camino: músculos y tendones
Músculos y tendones son los motores principales del pie. Entrenarlos debidamente nos protegerá frente a contracturas musculares y tendinitis (una de las lesiones más frecuentes del Camino) ya que aumentaremos su resistencia al estrés físico.
Una forma efectiva de hacerlo es caminar de forma incremental semanas antes de iniciar la peregrinación, aumentando progresivamente varios factores como la frecuencia, la distancia y la dureza (peso, cuestas).
En el artículo sobre cómo entrenar para el Camino de Santiago amplío toda esta información de forma más minuciosa.
Otro factor importante es el de los estiramientos de la musculatura del pie y tobillo. Los estiramientos aumentan la fuerza y resistencia de la musculatura porque mejoran su capacidad mecánica. Un músculo elástico es un músculo capaz de generar más fuerza y resistir mejor las sobrecargas. Es especialmente importante el trabajo de elasticidad de estructuras como la fascia plantar (y la temida fascitis plantar, una de las lesiones más invalidantes del Camino de Santiago), el tendón de Aquiles o los músculos peroneos. Para saber cómo hacer estiramientos para miembros inferiores, lo cuento en este artículo.
Cómo preparar los pies para el Camino: piel
La piel es otra de las estructuras que más sufren durante el Camino. Su cuidado se centra sobre todo durante la peregrinación, pero antes se puede llevar una dinámica de higiene preventiva mediante varios métodos:
- Llevar una correcta hidratación
- Proveerse de un buen material para caminar (zapatillas o botas según la época en la que se realice la peregrinación y calcetines sin costuras especiales para senderismo).
- Caminando las semanas previas (tal y como he explicado en el punto anterior) para detectar cuáles son los puntos principales de rozamiento cutáneo con el calzado.
Cuidado de los pies para el Camino de Santiago durante la peregrinación
Cuidado de los pies durante el Camino: músculos y tendones
Una vez iniciada la peregrinación, el cuidado de los pies en lo que respecta a músculos, tendones, fascia etc. es importantísimo para evitar una lesión que nos tumbe y obligue a perder un día o, incluso, abandonar.
Lo ideal es estirar antes, durante y después de la etapa. Al final de esta, también es recomendable la aplicación de agua fría para relajar la musculatura, ya sea en inmersión o con la ducha (o alcohol de romero, que también produce relajación) y, en algunos casos, el tratamiento manual (ya sea aplicado por uno mismo o por un profesional).
En este En este artículo mostramos cómo dar un automasaje en los pies, y en este reel de nuestro canal de Instagram mostramos una forma de relajar la planta al final de cada etapa:
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Cuidado de los pies para el Camino: la piel
La piel es la zona más frágil del peregrino. Ya sea en los pies (por las ampollas) o en el resto del cuerpo (por la radiación del sol) hay que protegerla mucho. En lo que respecta a los pies, las ampollas son las grandes enemigas habituales del peregrino. En este artículo hablo largo y tendido sobre cómo evitar y curar las ampollas durante el Camino de Santiago pero la base para su cuidado es la siguiente:
- Aplicación de vaselina: la vaselina permite lubricar las zonas susceptibles de aparición de rozadura. Esto se hará al principio de la etapa, como media hora antes de salir, con el pie seco, sin embadurnar de forma enorme pero sí poniendo una pequeña película. Se puede hacer por todo el pie o en las zonas puntuales de rozamiento (suelen ser la parte baja del talón, parte final del tendón de Aquiles, o en la planta del pie a la altura de los dedos). Durante la etapa es posible que se requieran nuevas aplicaciones, por lo que deberíamos parar, retirar calcetín (dejarlo a secar, si se puede), secar la piel, aplicar vaselina, colocar un nuevo calcetín seco (o el calcetín previo si ya está seco) y continuar la marcha
- Como medida paralela, una opción puede ser cubrir previamente la zona habitual de irritación con esparadrapo tipo COSMOPOR (un apósito autoadhesivo que se usa para heridas de cirugía y adhiere muy bien, tiene una parte que no es adhesiva, que es acolchada y absorbente, perfecto para poner betadine si fuese necesario) o una tirita ancha.
A veces, aún con la aplicación de vaselina o esparadrapos protectores aparecen las ampollas. Para ello, IMPORTANTE, no hay que hacer la técnica del hilo y la aguja, sino pincharla con aguja esterilizada en varios puntos, drenar el líquido introducir betadine y dejar que seque. Al día siguiente, si se ha curado bien la ampolla, podríamos aplicar vaselina aunque sería más recomendable cubrir la ampolla (a no ser que sea muy grande o en una zona complicada, como la planta del pie.
En este artículo ampliamos todo lo que hacer en caso de dolor de pies en el Camino de Santiago.
Masajes en Santiago de Compostela
Esperamos que este artículo sobre el cuidado de los pies para el Camino de Santiago haya sido interesante. Tan solo nos queda recordaros que, si llegáis a Santiago (o vivís en él) y sentís algún síntoma de sobrecarga, no dudéis en acudir a nuestra sede, en la Plaza de la Quintana. Podéis acceder a nuestra hoja de reservas y servicios en este enlace.
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