Dolor de rodilla en el Camino de Santiago, ¿qué hacer?
Estas caminando. Llevas un par de jornadas del Camino donde todo hay ido más o menos bien, con partes más duras y cansadas, pero sin apenas problemas (de momento las ampollas te están respetando, aunque una se está poniendo algo rebelde en uno de tus pies).
De repente, empiezas a notarlo. Un dolor en la rodilla que ha ido apareciendo poco a poco al ir sumando pasos. “¿Qué será?”, te preguntas, algo temeroso de que siga aumentando y te provoque un retraso (o lo que tanto temes: abandonar la ruta).
Esta es una situación muy habitual para un peregrino: la aparición de dolor de rodilla (sobre todo cuando ha cometido algún error a la hora de preparar el Camino de Santiago) . En este artículo voy a intentar ayudarte (como fisioterapeuta y miembro del equipo de masajistas en Santiago de Compostela de Quintana Massages) a saber qué está provocando ese dolor y qué hacer para intentar solventarlo.
Nota: este artículo complementa a estos otros sobre caminos específicos:
- Consejos para preparar el Camino de Santiago francés desde Sarria en 4, 5, 6 y 8 etapas.
- Consejos para preparar el Camino de Santiago portugués desde Tui en 4, 5, 6 y 7 etapas y desde A Guarda en su variante por la costa.
- Cómo preparar el Camino de Santiago Primitivo desde Lugo en 4, 5 y 6 etapas
- Consejos para preparar el Camino de Fisterra-Muxía en 4, 5 y 6 etapas
- Cómo preparar el Camino de Santiago del norte desde Ribadeo.
- Consejos para preparar el Camino Inglés
Dolor de rodilla en el Camino de Santiago: causas posibles
Un dolor de rodilla puede tener diferentes causas, más aún si se realiza el Camino de Santiago.
Pero, antes de nada, tengo que decir una cosa de vital importancia para que ese dolor no se convierta en un problema:
El dolor de rodilla es, generalmente, el último síntoma (el de alarma) que nos da nuestro cuerpo cuando nos estamos lesionando.
Con esto quiero decir que ANTES del dolor de rodilla suelen aparecer otros síntomas que nos pueden ir indicando que algo está funcionando mal en la articulación y nos estamos lesionando. Si la situación se prolonga, es cuando aparece el dolor.
Por tanto, si somos capaces de notar esos síntomas previos, podremos evitar llegar al dolor.
Como este artículo está centrado en qué hacer cuando el dolor de rodilla ya aparecido, voy a remitirte a este otro artículo donde hablo de lesiones habituales del Camino. En el apartado “Lesiones de rodilla” de este artículo explico cuáles son los síntomas previos de cada tipo de lesión.
Como ya he dicho, un dolor (de la articulación que sea) puede tener diferentes causas: puede ser por un tendón, por un ligamento, por un músculo, por una parte de la articulación… o por todos a la vez. Para saber qué hacer en cada caso hay que saber diferenciar, primero, quién es el causante del dolor (qué lesión es, vamos).
A grandes rasgos, para diferenciar los diferentes orígenes del dolor y las lesiones, nos remitimos a la localización de este. De esta forma diríamos que:
- Si el dolor es por la zona de delante de la rodilla puede ser:
- Condromalacia rotuliana: el dolor se nota EN la rotula. Si señalamos con un dedo nos pondríamos el dedo sobre la propia rótula. El dolor se nota, sobre todo, al bajar cuestas o escalones.
- Tendinitis (tendinosis) rotuliana: el dolor se nota en el tendón rotuliano, es decir, un poco más debajo de la rotula, en el tendón que va entre la rótula y la tibia. Al tocar el tendón se palparía dolor
- Hoffitis: esta es menos frecuente, pero puede pasar. El dolor se notaría delante de la rodilla, a los laterales del tendón rotuliano.
- Contractura del músculo cuádriceps: el dolor (irradiado en este caso) se notaría en una zona amplia que abarcaría rótula, tendón rotuliano y laterales del tendón.
- Si el dolor es en la zona de detrás de la rodilla puede ser:
- Tentinitis de los tendones de los gemelos: el dolor (quemante, a veces punzante) se nota en la parte inferior de la corva.
- Quiste de Baker: el dolor se nota dentro, en el centro y al fondo de la corva, un dolor profundo.
- Contractura de los gemelos o los isquiotibiales: de nuevo, sería un dolor irradiado y el dolor se notaría en una zona amplia que abarcaría toda la corva.
- Si el dolor es en la parte lateral interna de la rodilla puede ser:
- Tendinitis de la pata de ganso: el dolor se nota en la zona lateral interna aunque ligeramente por delante de la rodilla, en un punto concreto y de forma quemante.
- Lesión de ligamento interno: este es un dolor de la zona lateral interna de la rodilla pero más profundo. La lesión de ligamento interno suele estar asociada a un gesto brusco, caída etc., por lo que sería fácil de descartar (si esto sucede, esta lesión SIEMPRE necesitará la supervisión de un profesional).
- Si el dolor es en la parte lateral externa de la rodilla:
- Tendinitis de la fascia lata: el dolor, quemante, se nota en la zona lateral de la rodilla. Se notaría al palpar sobre un tendón ancho que se encuentra en el lateral de la rodilla (el del tensor de la fascia lata).
- Tendinitis del bíceps femoral: el dolor, también quemante-punzante, se nota en la zona lateral de la rodilla, aunque ligeramente por detrás. Está asociado a un tendón fino y bastante palpable (el del bíceps femoral).
- Lesión de ligamento externo: el dolor se notaría en la zona lateral externa de la rodilla. Sería un dolor profundo y a punta de dedo. La lesión de ligamento externo también suele estar asociada a un gesto brusco, caída etc., por lo que sería fácil de descartar (si esto sucede, esta lesión SIEMPRE necesitará la supervisión de un profesional).
Qué hacer cuando aparece dolor de rodilla durante el Camino de Santiago
Cuando la rodilla comienza a dar molestias durante el Camino de Santiago hay varias maniobras a las que podemos recurrir para intentar solventar el problema. Algunas de ellas son comunes para todos los tipos de lesión, otras son más específicas.
OJO: hay lesiones, como por ejemplo una torcedura de rodilla, que requerirán ir directamente a un profesional sanitario (fisioterapeuta o médico).
- Aplicación de frío. Esto no falla, en cualquier caso. Si hay dolor, hay que aplicar hielo para calmar el síntoma doloroso. A veces, si la lesión no está muy rabiosa y se llevan a cabo el resto de acciones que ahora voy a mencionar, puede bastar para solventar el problema.
- Reposo: esto también es fundamental. Cualquiera de las lesiones que he mencionado antes surgen a causa de la sobrecarga, por lo que darle reposo a la rodilla ayudará mucho a que esta se recupere sola. En ocasiones, el reposo hay que prolongarlo al día siguiente, por lo que es importante acudir con tiempo de margen al Camino.
- Reducir el peso de carga de la mochila o, directamente, encargar que transporten la mochila a un punto del camino. En este artículo sobre cómo preparar la mochila para el Camino de Santiago puedes encontrar unos cuantos consejos.
- Automasaje del cuádriceps. Esto nos podría valer para todas las lesiones que provocan dolor en la zona delantera de la rodilla: condromalacia, la tendinitis rotuliana, la hoffitis, la contractura muscular de cuádriceps. También puede ayudar en los casos de dolor en la zona lateral externa.
- Estiramiento de cuádriceps. Esto, de nuevo, nos vale para las lesiones que provocan dolor en la zona delantera de la rodilla (condromalacia, la tendinitis rotuliana, la hoffitis y la contractura muscular de cuádriceps). También se sumaría para los dolores en la zona posterior y lateral externa.
- Estiramiento de isquiotibiales. Esta técnica es FUNDAMENTAL. Es muy necesaria para casi cualquier problema en la rodilla, pero especialmente para los dolores en la zona posterior y laterales de la rodilla. También es muy (MUY) importante para los dolores por condromalacia rotuliana (dolor EN la rótula).
- Estiramiento de gemelos. Esta técnica no vale, sobre todo, para dolores en la zona posterior de la rodilla. Nos puede ayudar bastante en los dolores por condromalacia rotuliana.
- Estiramiento de aductores. Esta técnica nos vale para los dolores en la zona interna de la rodilla.
Lesiones de rodilla en el Camino de Santiago
Las lesiones más frecuentes del Camino de Santiago ocurren en miembros inferiores, concretamente en rodilla y pie.
La rodilla es una articulación bastante frágil debido a su diseño biomecánico. No es objetivo de este artículo pararme en detalles técnicos, por lo que iré directamente al grano. Las lesiones de rodilla más frecuentes del Camino de Santiago son:
- Tendinitis
- Contractura muscular (que puede derivar en tendinitis y a síntomas de condromalacia)
- Condromalacia
Tendinitis de rodilla en el Camino de Santiago
Ya conté de forma detallada en este artículo cómo curar la tendinitis de rodilla (entre otras tendinitis) por lo que solo voy a dar un repaso rápido a las tendinitis más frecuentes y sus síntomas.
Tendinitis rotuliana:
Esta sucede en el tendón rotuliano. Sus síntomas son:
- Inflamación (aumento de grosor) del tendón rotuliano
- Antes de que comience a doler el tendón, se nota en la zona de delante de la rodilla (en el tendón rotuliano, bajo la rótula) una sensación como de presión. Se identifica porque en esa zona comenzamos a “notar algo” mientras caminamos o incluso en reposo (habitualmente no se nota nada). Si se palpa con la mano se puede percibir el abultamiento del tendón o incluso dolor.
- Cuando la tendinitis aumenta de gravedad, aparece dolor delante de la rodilla de forma punzante o quemante, el cual se nota, sobre todo, al subir o bajar escaleras, caminar o incluso en reposo.
Tendinitis de la pata de ganso:
Esta lesión de rodilla sucede en los tendones de la pata de ganso (pertenecientes a los isquiotibiales). Sus síntomas son:
- Sensación de presión o molestia en la zona interna de la rodilla a la hora de caminar y subir escalones. Esta evoluciona a dolor punzante o quemante.
- Dolor a la presión en esa misma zona (la inflamación es complicada de percibir).
Ambas tendinitis suceden por un sobreuso y sobrecarga de estos tendones y los músculos a los que pertenecen (cuádriceps en el caso del tendón rotuliano, isquiotibiales en el caso de la pata de ganso). Es decir, por sobrecarga muscular o contractura.
Se puede llegar a evitar la tendinitis en rodilla durante el Camino antes de que esta comience a despuntar si somos capaces de anticiparnos. Esto es: percibir los síntomas de comienzo de una contractura muscular, la cual vamos a ver a continuación.
Contractura muscular en el Camino de Santiago
Una contractura muscular es un aumento de tensión en las fibras musculares de un músculo (es decir, las encargadas del movimiento).
Una contractura sucede por sobrecarga del músculo en cuestión. En el caso de la que sucede en la musculatura de las piernas (hablaré sobre todo de cuádriceps e isquiotibiales, aunque también están aductores, tensor de fascia lata, gemelos…) durante el Camino, se debe a la suma de varios factores:
- El estrés repetido (etapas largas, sobre todo)
- El desnivel del terreno
- La falta de descansos y de ejercicios de estiramiento
Las contracturas musculares, en sí mismas, no son especialmente graves. El problema llega cuando provocan otras lesiones peores, como el caso de la tendinitis (en este artículo explico esto de forma más extensa) o la condromalacia. Para evitar esto, basta con anticiparse y detectar los síntomas de una contractura, que son:
- Sensación de debilidad y cansancio en el músculo mientras se realiza la actividad.
- Sensación anormal en algún punto del músculo durante la actividad (se suele percibir como “presión”, una sensación que no se siente en el músculo de forma habitual).
- Falta de elasticidad. Si se lleva el músculo a posición de estiramiento, este se percibe antes o, incluso, con algo de dolor.
- Si se palpa con la mano el músculo, se pueden percibir puntos más “densos” e incluso dolorosos a la palpación
- En última instancia, dolor en el músculo (de mayor o menor extensión, desde puntual hasta masivo) a la hora de contraerlo al caminar, subir escaleras o, incluso, en reposo.
Condromalacia rotuliana
La condromalacia rotuliana es, posiblemente, la lesión del Camino de Santiago más frecuente pero menos conocida. Digo esto porque todos, absolutamente todos tenemos algún grado de condromalacia en nuestras rodillas.
La condromalacia es el desgaste de las superficies articulares entre la rótula y el fémur y sucede de forma fisiológica en el cuerpo por el mero paso de los años. También influyen otros factores como alteraciones anatómicas congénitas o, lo que nos atañe, lesiones musculares paralelas.
La condromalacia depende mucho de los músculos del muslo cuádriceps (la rótula está dentro de su tendón, el tendón rotuliano) y los isquiotibiales. Esto es así porque un mal trabajo entre ambos provoca un aumento de presión de la rótula sobre el fémur, causando el desgaste acelerado de la articulación. A esto se le llama hiperpresión rotuliana y es lo que, realmente, nos provoca síntomas mientras hacemos el Camino de Santiago.
Una condromalacia puede ser perfectamente asintomática, el matiz está en el nivel de estrés al que se le someta a la rodilla. Lo que agrava una condromalacia y hace aparecer sus síntomas son, sobre todo, dos factores:
- La descompensación muscular entre cuádriceps e isquiotibiales.
- La contractura muscular de cuádriceps
- La subida y SOBRE TODO, la bajada de escalones y cuestas.
- Las posturas prolongadas con la rodilla flexionada (en cuclillas, sentado…)
Los síntomas de la condromalacia en la rótula son:
- Sensación de presión en o bajo la rótula (sobre todo cuando se sube y baja escalones o cuestas).
- Crujidos bajo la rótula (al ponerse de cuclillas es cuando más se nota).
- En estados más graves, aparición de dolor que se nota en o bajo la rótula
- Incapacidad funcional a la hora de bajar escalones o cuestas (y también subir, pero sobre todo al bajar).
Cuando estamos en el Camino y aparecen los síntomas de condromalacia, las opciones que tenemos para abordarlos son:
- Primer paso, fundamental para que el estrés de la articulación disminuya.
- Estirar isquiotibiales y cuádriceps (sobre todo). Después tocaré esto.
- En caso de que el cuádriceps (o isquiotibiales) estén contracturados, liberar esta contractura de forma manual con un profesional.
- Usar un bastón de apoyo (o dos) para ayudar a la rodilla, sobre todo en las bajadas, que son las que más dolor provocan durante el Camino de Santiago a los que padecemos condromalacia.
- Disminuir el peso de la mochila (repartiendo con otra persona o, directamente, contratando un servicio de porteo de mochilas).
- Una forma buena de relajar el dolor, aparte de las ya mencionadas (sobre todo el estiramiento de isquiotibiales y cuádriceps) es, con la rodilla estirada y apoyada sobre una cama, mover con los dedos de una mano la rotula hacia los laterales.
- Acudir a un terapeuta para que realice un masaje descontracturante para rebajar el estado de contractura de la musculatura implicada.
Desde Quintana Massages esperamos que estos consejos sobre cómo actuar frente al dolor de rodilla en el Camino de Santiago hayan sido útiles. Tan solo nos queda recordar que, si llegas a Santiago con algún síntoma de sobrecarga, no dudes en acudir a nuestra sede, en la Plaza de la Quintana. Podéis acceder a nuestra hoja de reservas y servicios en este enlace.
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